
Dr. Julio Cesar Hernandez
Cientifico Colombiano
- Químico Farmacéutico de la Universidad Nacional de Bogotá.
- Especializado en Farmacología, Botánica y Medicina Biológica Molecular.
- Premiado 2 veces por el colegio nacional de Químicos Farmacéuticos.
- Premio de reconocimiento por sus 43 años de investigación por la Sociedad de Químicos Farmacéuticos.
- Su Vida la ha dedicado a investigaciones sobre el estudio de Células Vivas. Terapias Celulares.
- Sus trabajos fueron presentados a la Organización Mundial de la Salud sobre Extractos de Placenta.
La medicina del futuro serán las células de embriones de animales
Mas de 40 años de investigaciones, sobre células de embrión animal, han hecho de Julio Cesar Hernández Toro un químico farmacéutico reconocido a nivel internacional.
Nació en el municipio de Ansermanuevo «en la mita de la selva», como él mismo lo afirma. Siendo estudiante de primaria se caracterizó por su disciplina y el deseo de sacar adelante sus estudios, sin importarle que caminar diariamente por senderos montañosos durante 2 horas para llegar a sus clases.
El esfuerzo de su padre, un campesino oriundo de Apía Caldas, hizo posible que realizara sus estudios como bachiller en el colegio Académico de Cartago y el Colegio la Sallé de la ciudad de Pereira.
En la Universidad Nacional de Bogotá realizo sus estudios profesionales en química farmacéutica y luego realizó una especialización en Farmacología de Plantas medicinales en la Universidad Nacional de la ciudad de Palmira. Terminando su carrera fue requerido por el laboratorio Lutecia de Colombia, ubicado en Cali.
Por ser un estudiante lumbrera recibió varias ofertas de reconocidos laboratorios del país, pero se dio el lujo de rechazar estas propuestas bien remuneradas porque como el mismo lo confirma, en Lutecia manejaba el laboratorio «con un solo dedo».
Su Excesivo grado de responsabilidad lo llevó a trabajar durante veinte horas diarias sin descanso todos los días de la semana. Pero el agotamiento se reflejó en su débil estado de salud al punto de caer tendido en la calle varias oportunidades, sin recibir ninguna ayuda.
Un sueño fue el punto de partida de sus investigaciones. En cama, debido a su grave estado de salud, Julio Hernández soñó 14 veces con un hombre de tez blanca y rostro fino que le decía que si no quería morir debía purificar embriones de vaca. Después de llevar a cabo las indicaciones del extraño hombre de sus sueños, Hernandez recupero en sólo sesenta y cinco días su peso y la energía que había perdido.
Después de ese acontecimiento asombroso, se dedicó a investigar con varios órganos de embriones de animales, elaborando algunos medicamentos a base de células. en el año 1973 presento al ministerio de salud uno de sus productos, con el din de sacar el registro y las licencias necesarias para la venta masiva del medicamento, Después de realizar la curva L-50 (Letal 50) que consiste en aplicar dosis bajas de una sustancia desconocida en 50 animales (ratones y conejos) aumentando en promedio la dosis y verificando reacciones de loa animales a causa de la sustancia, el producto tuvo aceptación y recibió la licencia. Actualmente para llevar este tipo de pruebas se necesita un buen capital económico por los altos costos que implica.
Las células de embriones de animales pueden curar en un 90% algunas enfermedades. Los medicamentos a base de células de embriones de animales sirven para curar enfermedades como: asma bronquial, la úlcera varicosa, el herpes zoster, el cáncer de la piel, enfisemas pulmonares, leishmaniasis, entre otras.
El químico farmacéutico Julio Cesar Hernandez toro llevo durante 27 años una gran variedad de medicamentos naturales y logro atender a mas de mil pacientes con resultados positivos. Los padecimientos mas comunes en esta población eran los parásitos, la tuberculosis, bronquitis aguda y la leishmaniasis Esta labor social se basó en 11 trabajos de investigación presentados a la Organización Mundial de la Salud en el año 1977 a través del ministerio de salud y tuvo gran reconocimiento por su innovación.